martes, 26 de mayo de 2009

Mensaje - Bommecino

MENSAJE
Relato Breve
NORBERTO HUGO BOMMECINO

En la apacible tarde de ese día de verano, no podía contener la emoción que lo embargaba al ver cómo emergía, detrás de la colina y se elevaba hacia el firmamento, una luz de un blanco impecable como una nube de algodón.
En segundos nada más y a una velocidad inusitada, esa luz cambió de dirección y se fue acercando hacia donde él estaba de pie, trunco, estático.
A medida que avanzaba, sentía a cada instante, cada vez más cerca que jamás lo hubiera imaginado, la presencia de algo divino. La imagen se hizo visible.
Las órbitas de sus ojos dejaron de lado el pestañeo al descubrir el rostro angelical de Jesucristo nítida, intacta, impecable.
La mirada fue profunda, tanto que lo dejó sin voz alguna por lo que no pudo hablar, pero sí llegaron a sus oídos las palabras del mensaje que estaba destinado para él:
“Vive este día que te ha regalado mi padre sin desperdiciarlo, pues cada hora, cada minuto y cada segundo de él... pueden ser los últimos de tu existencia terrenal...”
Repentinamente desapareció lo que supuso que era una nube de algodón y entre asombro, llanto repentino y un inusitado suspiro, emprendió el regreso a casa con una lección divina aprendida.
Norberto Hugo Bommecino

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