viernes, 23 de octubre de 2009

Hotel El Maitén - Mir

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Reflexión y poesía

Rubén Miguel Mir -

Hola amigos.
Tuve la suerte de viajar este fin de semana pasado al viejo y querido paralelo 42. Volver a sentir el aire del lugar y el siempre maravilloso entorno me lleno de recuerdos y emociones. Si bien muchas cosas han cambiado, algunas para bien y otras no tanto, lo importante se mantiene. El progreso va copando todo y llenando de gente lugares que debieran ser sagrados.

Pero bueno, ya no hay marcha atrás; hoy los cables recortan el paisaje y los  emprendimientos abren barrancos nuevos a costa de de lomas y bosques que desaparecen. Estuve en El Maitén; pago querido si los hay. Allí pase los años de mi niñez hasta que la necesidad de acceder a mayores estudios me saco del lugar, como a la mayoría de los jóvenes de entonces. Mis padres: Ramón Escandar Mir y Sofía Breide, crearon un proyecto pionero y por demás dificultoso instalar un hotel. Imaginemos la situación allá por 1952. Avatares de la vida hicieron que debieran abandonar aquello y emigrar. El local del hotel pasó por diversas situaciones y funcionando en el una sucursal del Banco Provincia del Chubut se incendió totalmente. Hoy una pila de años mas tarde regreso a mi pueblo y me recibe una mezquina ruina donde hubo tanta grandeza. En fin, un millar de sensaciones encontradas, y la certeza de ser casi un extraño en un lugar tan querido. De todas maneras me debía la satisfacción de recorrer esos lugares. Las montañas y los ríos siguen estando allí. Por ahora.
De todos modos mi espíritu se revela contra el olvido y pergeñé este pequeño recuerdo en su memoria.


HOTEL EL MAITÉN
Que pena me ha dado verte
mi viejo Hotel El Maitén.
Si parece que fue ayer
que lucías refulgente.
Vos le dabas a la gente
de este pequeño poblado
el prestigio bien ganado
de ser un lugar decente.
Refugio del peregrino,
posta habitual del viajante,
en esos inviernos de antes
nevadores y sufridos.
En tu seno cobijaste
maestras y ferroviarios,
gendarmes y paseanderos
y de mis sueños de niño
fuiste el lugar primero.
Eras pionero, quien duda,
fuiste hotel y restaurante, cine y confitería,
salón de baile, teatro...
y recuerdo que en tu patio
hasta parque hubo algún día.
Festivales de boxeo,
gobernadores en gira
y aunque parezca mentira
un circo que tenía leones.
Hoy he vuelto por mi pueblo.
Del hotel, solo las ruinas.
Sepa Dios quien lo ha quemado...
alguien me dijo: ¡Accidente...!
y algún otro: ¡Negociado!...
El hollín en tus paredes,
un muladar en el patio...
el olvido de la gente
a sido su mejor pago.
El esfuerzo de mis padres
parece haber sido en vano.
Hoy con los ojos llorosos
y el corazón apretado
te dejo mi viejo hotel
este pequeño relato.
No tiene otra pretensión
que rescatar del olvido
al viejo Hotel El Maitén.


Cipolletti, Octubre de 2009
Un cordial abrazo
Rubén Miguel Mir

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Rubén
qué bueno es leer tus recuerdos. El poema sobre el hotel, magnífico. Lleno de nostalgias, pleno de cariño por el recuerdo de tus padres.
Gracias!
FGC