domingo, 1 de agosto de 2010

Vanidades

Hay aves que ostentan orgullosas,
su plumaje espeso y abigarrado,
las hembras,  "ramillete con alas" al decir de Calderón,
observan extasiadas la danza ritual de su eventual pareja.
de lejos,
otros ojos,
no menos puros, también lo observan,
Para una, es el amor,
para otro, una presa.
Todo es vanidad dijo Cohelet.
Como la vana música del grillo de Conrado,
como los pechos caídos, otrora turgentes salvavidas,
como la herida que provoca ternura
como la herradura que detenta suerte,
como la fuerte caja del fuerte magnate
que dejó su fortaleza al albur de los parientes,
cuando cayeron las murallas de su Jericó privada
a raíz de los mudos gritos del tiempo.
Jáctese el hombre más bien,
de lo que ha retenido, que de lo que adquirió,
de lo que ha dado, que de lo que recibió,
de lo que ha amado, más que de lo que lo amaron,
del bien derramado inconciente,
de los "Gracias" más que de los "Trato Hecho"
De los "me equivoqué" más que de los "No Puedo"
de lo que damos sin saber que damos,
sin imaginar siquiera, que alguien en las sombras
nos admira, por la virtud oculta a nuestros propios ojos.
Enrique Carlos Ameijeiras

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