EL CANTAR DE JAMUWARKA…
Henchida la memoria rebelde
Sembrada a la sombra húmeda y estupefacta de los maderos de un apartado ancladero…
Con las vísceras aun en la boca
Y los gritos del padre lacerando sus oídos…
Y la madre lejana, la cabeza negra entre los espigas rubias,
Los muslos enormes sosteniendo la mole fatal del trabajo
Las lagrimas acurrucadas en los ojos,
La sonrisa sepultada en la niñez
Hecha un recuerdo borroso…
Hincada la dignidad cabeza al piso
Y la selva eterna que la mira con recelo…
Lanzándole al rostro el escandaloso verdor de la tierra…
¿Hasta cuando beberás de este licor amargo del Chirri?
¿hasta cuando te dejaras sangrar las manos?
Ebria de miedo… mujer!!!
Te han quitado todo
Te han quitado todo
Hasta tu niño crecido en la humedad de la sombra
Te han quitado…
El vino prudente de los Cuios ya no esta en tu vaso amable
Y por el camino al Yacar solo la sombra retorcida de unos cuerpos…
Incendiada de odio únicamente la hierba vela la estirpe de los entrañables
En la reiterada soledad de tu maldita choza
Crece el humus negro del desagravio…
Cuando te vejan, una y otra vez, por la tarde miserable, pues el patrón no trabaja y entonces no se cansa,
Germina la ponzoña con la que se nutre el humus negro del desquite
El deseo procaz de blandir la daga
Pone densa la sangre y turbia la vista
El acero perfecto que destroza piel, la carne, la venas, los huesos…
Se traslada henchido con mil abominaciones el odio hasta que sus músculos
Que se hacen una pasta blanda y dócil
Que puedes comer… regada de jerez.
Ya no están los amargos chuños mal colgando de las ramas del palo rosado
Ni tus hermanos jugando con las sonrisas…
No han dejado más que un éter de execración…
El aliento nauseabundo de sus bocas fermentadas
Las grietas en el alma de los otros niños…
Los que ya no son tus niños
Viajo el vástago
Al chile
Solo como perro
Viajo
Mas que por llegar por irse
De ver a la madre con la cabeza negra hundida en el trigo rubio
Con los muslos violentados
Con la frente sucia y la selva que la mira a fuerza de verdor…
Se ha ido el vástago
Al chile
Detrás de la huida
Se ha escapado
Solo por no ver más a la madre
Cederle la choza al que le carga los muslos…
Cederle los muslos nuevamente…
Piedras sembradas en la conquista de su paso…
Ardorosas brasas bajo sus pies de selva
Ellas que saben esperar resignadas el tiempo exacto
En el que mataran el deseo del caminante
En que estrangularan por las piernas su sed de destino…
Mira a solas las inflamadas porciones de horizonte con forma de serpiente
La extrema fragmentación del infinito
Que el sol no se anima a interrumpir…
Todo es soledad aquí, soledad y fluctuación.
Camina ahora el Pequeño devenido peregrino…
Quemando sus sueños y sus pies durante el día
Colmado de frío por la azulina marea de la noche
Se siente morir acribillado por los gélidos clérigos de la luna…
el frío de mármol romano con la cara de sus maestros
Que le imponían la lengua fría, la pálida vos que le comió el alma…
Camina el niño hacia chile
Desde Potosí
Dejando el monte de plata y barro coagulado en sangre y mercurio…
Camina sobre el hediondo recuerdo su madre lejana
Con los muslos como tapiz y tela…
Insolados de aliento…
¿Que mas puede hacer ese niño que camina sobre la piedra?
¿Qué mas que abandonar la buena selva?
¿Qué mas que llorar a su madre?
¿Qué mas que crecer chileno y rebelarse?
Habrá un destino para Jamu
Sino perplejo de futuro…
Turbado en las sombras atiborradas de la selva
Su conciencia precoz obliterada en el pasado
Reventará al final del camino de las piedras
Y entonces será libre cuando lave los muslos corrompidos
De su madre…
La doncella mestiza
La sucia aberración de la mixtura…
La hibrida caída como ángel…
Una Wallace y un Vilca…
El destino inicuo desafiado
La madre de dos mundos
Nacidos para la guerra…
Esta también ese odio pardo, de gusto ocre
Embebido de pena y dolor
El odio balsámico al grueso conquistador
al que tanto presume de su música de altares
Como de los gaznates cortados en nombre de dios…
Allí su cuerpo se amplio bajo el dominio eficaz del cielo chileno
Allí ese niño de apenas 22 años
Alimento con la chicha
La memoria de la resistencia al inca y a la pacificación de la araucanía…
De allí salio Jamu,
Capsula hibrida en la atmósfera del tiempo…
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