El Bolsón – Río Negro
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Ronquillo, el dragón
Esta es la historia de un dragón que vivía en un pueblito de montaña. Tenía una particularidad, roncar..., entre otras, pero el ronquido de un dragón no es fácil de ignorar por lo tanto en este libro sabremos por las peripecias que pasan Ronquillo y sus vecinos.
Es un poema escrito con letra cursiva de maestra.
Valeria, la duendecita de la Feria
Esta es la historia de Valeria y su amigo Tintín, un par de duendes que viven en el Cerro Amigo y disfrutan yendo a pasear a la Feria Regional, donde comen, juegan y hacen travesuras... Pero un día se encuentra con un gran problema y entre los seres mágicos y los humanos le darán solución.
Los dos libros son para leer y pintar
- Vale, Vale, despertate que vamos a llegar tarde… -decía Tintín mientras sacudía suavemente a su amiga tratando de despertarla.
- Sí, sí, ya me levanto -dijo mientras se estiraba y empujaba a un costado a un caracol que dormía profundamente dentro de su caparazón.
- Te dije Vale que hoy es un día muy especial, que llegan los payasos y los equilibristas en tela…
- ¡Sí, qué bueno!
El enorme tronco de coihue ahuecado ya hace muchísimos años, servía de casa a un par de duendes, por suerte estaba medio cubierto por la rosa mosqueta llena de flores y espinas impidiendo que visitas indiscretas los descubrieran.
Bajaron al pueblo correteando entre las picadas que descendían del Cerro Amigo.
Llegaron a la plaza donde se arma la Feria Regional y fueron directamente al puesto de Doña María quien siempre les dejaba un vasito con miel.
Luego salieron a recorrer la Feria mientras esperaban la llegada de los payasos.
Transitar entre los puestos no era tarea fácil en época de turismo pero la tentación de ver las piedras brillantes y de mil colores los atraía irresistiblemente.
- Vení Tintín a bailar conmigo, es muy divertido. "La lará, la gente viene y va"
- "Le leré, cuidado con los pies"
- "La ralá, qué risa que me da"
- "Le relé… ¡Cuidado no te ven!"
- ¡Divertite Tintín!
- ¿Qué te parece si vamos al puesto de los duendes?, ¡¡vamos apurate!!
Y salieron corriendo entre la multitud hasta llegar al lugar donde venden duendes, gnomos y hadas de todo tipo. Treparon rápidamente al puesto y se ubicaron entre las figuras mimetizándose con ellas.
- Mirá Tintín qué bonita ésa, se parece a mí, ¿viste?
- Shhh… callate Vale que ahí viene una turista. ¿La asustamos?
- Ji,ji,ji… no aguanto la risa
- Silencio… que te escuchará…
- Ahí viene, ahí viene...
- Dale… ¡Ahora!
- ¡Buuuuuuu!!!!!
Aparecieron saltando y agitando los brazos entre las estatuitas...
- ¡Qué susto se pegó! ¡Ja, ja, ja!
- Pero ves Tintín, después los humanos dicen que somos traviesos...
- ¡Y tienen razón! ¡Pobre señora... jamás hubiera imaginado que el duende se movería!
- Uh... mirá... le quebraste una oreja... pobrecito... -dijo Valeria besando cariñosamente al duendecito de cerámica..."
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