Dramatización breve
Enrique Carlos Ameijeiras – Lago Puelo
– Cariño, despertate que ya son las seis.
– Que lo parió, que cansado que estoy… Cómo si no hubiese dormido nada
– También, si nos acostamos a las tres de la mañana
– Si el casamiento de anoche me mató, no se iban más los pesados.
– Si. Y el padrino y los borrachos amigos del novio, se quedaron hasta que les tuvimos que decir que se vayan. El patrón los quería echar.
– Si, negra, no hay culo que aguante. Y Hoy tenemos otra…
– Si, bodas de oro. Espero que por ser domingo termine más temprano.
– Cuando te pagan a vos cielo?
– Espero que esta noche, mañana quedé con la dueña para que pase a buscar el alquiler.
– Bueno, yo entonces sigo juntando para la tarjeta, los servicios y el cole de los nenes.
– Dale gordo, andá a bañarte que se hace tarde, en una hora viene el remis a buscarnos.
– Ah, me olvidaba, tenemos que achicar la cuenta con la remisería.
– No hay problema con ellos, siempre vienen al restaurante a buscar comida y ya quedé con el dueño para que me lo anote en mi cuenta.
– Si, pero es plata igual.
– Bueno, dale, que llegamos tarde, los chicos ya están desayunando.
– Haceme unos mates vida…
– Don Alberto, abra… Somos nosotros…
– Ya va, ya va…
– Qué le pasa patrón, que tiene cara de no haber dormido.
– Pasa que de nuevo faltó la mujer de la limpieza, llego y me encuentro con el salón de arriba como lo dejamos anoche.
– ¿Anoche? Hace tres horas querrá decir.
– Esto no es vida chicos, ahora: ¿Cómo vamos a hacer?
– No se preocupe don Alberto, yo hago las compras y cuando vengo me encierro una par de horitas y limpio todo.
– Gracias chica, ustedes si que son gente trabajadora.
– Y usted también patrón, es el primero en llegar, el último en irse… ¿Cómo no vamos a darle una mano? Bueno cielo, te doy la lista del supermercado y yo me voy a preparar la parrilla.
– Saben muchachos, yo los quiero mucho, y cuando nos enderecemos vamos a tratar que ustedes puedan ganar un poco más. Primero tengo que juntar la plata para el juicio.
– Encima eso don Alberto, las chicas del Ministerio de Trabajo piensan que el trabajador es el empleado, y le llenan a uno la cabeza para que le hagan un agujero.
– Esas brujas de escritorio no trabajan para mejorar las condiciones laborales, sino, fíjese… Si tiene que cerrar el boliche por quiebra, cuantas fuentes de trabajo se pierden…
– Cuantas familias vivimos de esto patrón. Y usted no se merece esto.
– Bueno chicos, vamos, hay que seguir para adelante, pasá por la oficina que te doy la plata para el mercado.
– Patrón, me voy a tirar un ratito arriba, la parrilla está limpia.
– Andá nomás, yo me quedo una rato más. Decile a tu señora que deje las mesas como están, después vengo con mi hijo y levanto las mesas.
– ¿Ya se fue a buscar a los chicos al colegio? No paró un rato la flaca.
– Si es una gran mujer, y vos también. Qué sería de mí sin ustedes.
– Chau, me voy a echar un ratito.
– Ya llegaron los viejitos, son amorosos.
– Deben tener como ochenta años cada uno.
– Más… Él tiene noventa y dos, ella es más joven: Ochenta y cinco.
– Entonces se casaron grandes. Bodas de oro, con cincuenta años.
– Bueno cuando quieras mandamos las empanadas, el asado estará en media hora más o menos.
– Dale, Decile al viejo que vaya sirviendo el vino.
– ¿Qué hora es, cielo?
– Las dos y cuarenta y dos. Bueno, pero ya estamos, una horita más y nos vamos para casa. Ahí viene don Alberto.
– ¿Y muchachos? ¿Cómo andamos?
– Reventado pero contento, patrón.
– Bueno mañana nos tomamos el día, no abrimos.
– Bien ahí, jefe.
– Gracias don Alberto, no sabe lo bien que me va a venir un descanso.
– Hace treinta días que venimos de noche y salimos de noche.
– Si, tenemos que parar la chata sino, no vamos a rendir esta semana que viene.
– Miren, la foto que me regalaron los viejitos.
– A ver, que buena foto.
– ¿Dónde está tomada?
– Desde el Piltri, ¿ven? Este es el Lago Puelo, la Loma del Medio, y acá estamos nosotros.
– Mirá cielo… Mirá donde estamos viviendo.
– Si, es el paraíso.
– ¡Qué buena foto!
1 comentarios:
está bueno enrique, miramos mucho para adentro y poco para afuera... guarda con la justicia laboral!esteban
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